La palabra “tóxico” es muy utilizada actualmente con mucha facilidad.

Llamar tóxica a una persona así como así…no es.

Tod@s podemos tener reacciones que para otr@s no sean agradables y no por ello ser tóxicas.

Hay personas que porque no le contesten…pueden interpretar que no son aceptadas… y, puede que esa interpretación sea errónea.

Pero realmente pueden haber personas que no contesten…y, detrás haya una “psicopatía” …es decir, una persona desequilibrada o trastornada.

Y, sí…hay personas desequilibradas y trastornadas en nuestra sociedad que es necesario reconocer. 

Pero será necesario entender que esa palabra tóxica, tan utilizada…puede llevar a confusión.

El motivo es fácil.

Todos los seres humanos somos vulnerables y vamos a equivocarnos en todas las áreas para ir aprendiendo y evolucionando.

Y, aquí está la clave…

La persona que quiere cambiar tratará por ella misma de responsabilizarse, autoconocerse y cambiar para fluir con el entorno.

Y, esto…es clave.

Permanecer en sitios donde la responsabilidad siempre (o casi siempre) recae en un@ mism@…necesita revisión.

Y, no…no se trata sólo de lo que la otra persona haga físicamente…esto es un área…sino también lo que haga en otras áreas como son las emocionales y mentales.